Te quiero regalar la esperanza que hay en mis pasos,
la eternidad que hay en mis labios,
el infinito que hay en mis ojos,
la fuerza de mi espalda,
y hasta la testarudez de mis tobillos.
Te quiero regalar el olor de mi cuello,
las curvas de mis pestañas,
la profundidad de mis pupilas,
y hasta el desorden de mi cabello.
Te quiero regalar mis montañas y laderas,
el aire que respiro,
la calidez de mi voz
y por si no es suficiente
hasta el latido de mi corazón.
Brii.
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