Todavía recuerdo el frío,
ese frío que no me dejaba levantar de la cama,
el frío en el que podía estar todo el día haciendo el amor y aun así
no quería despegar los cuerpos para no perder el calor.
Recordar cuando llegaba a casa, luego de ese largo viaje,
recibirlo a besos, sobre esos labios tan fríos, encerrarlo en el cuarto
y no dejarlo salir.
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